▷ Letanía de la Divina Misericordia 【 En Tí Confío 】

Las letanías representan una herramienta de creencia que posibilita potenciar nuestras plegarias de forma más eficaz. En esta ocasión, deseamos presentarte una eficaz letanía del rosario de la divina misericordia con el propósito de asistirte en tus oraciones.

Cuál es la Letanía de la Misericordia

Recita con confianza cada repetición de la sagrada misericordia para elevar tus plegarias a nuestro Dios lleno de misericordia.

Señor, ten compasión de nosotros.

Cristo, ten compasión de nosotros.

Señor, ten
compasión de nosotros.

Jesucristo,
atiende nuestro llamado: Señor escúchanos.

Dios Rey Eterno,
ten compasión de nosotros.

Dios Hijo
de Rey, protector del mundo, ten compasión de nosotros.

Dios de
Santo Espíritu, ten compasión de nosotros.

¡OH Santísima Trinidad!, Dios real y único, ten compasión de nosotros.

En Ti Confío Dios Amado

1. Jesús, Señor misericordioso, que
   has enmendado el mal del mundo.
2. Jesús, Señor misericordioso, a
   quien debemos todo lo creado
3. Jesús, Señor misericordioso, que
   por  nosotros os habéis sacrificado
4. Jesús, Señor misericordioso, que
   nos revelasteis ante los mortales a la Santísima Trinidad
5. Jesús, Señor misericordioso, que nos
   mostraste a Dios como rey omnipotente
6. Jesús, Señor misericordioso, que de
   la nada moldeaste cuerpos y almas
7. Jesús, Señor misericordioso, que
   otorga vida eterna a sus fieles
8. Jesús, Señor misericordioso, que cargas
   por nosotros el peso de nuestros pecados
9. Jesús, Señor misericordioso, que
   nos das paz en la lectura de la palabra sagrada de Dios
10. Jesús, Señor misericordioso, que eres
    hijo de nuestra Santa Madre de misericordia, la Virgen María.
11. Jesús, Señor misericordioso, que
    viviste entre nosotros y nos dejaste conocer tu encarnación, Pasión y Muerte.
12. Jesús, Señor misericordioso, que
    ayudas a todo aquel que a ti acuda con fe
13. Jesús, Señor misericordioso, que a
    no discriminas para brindar tu gracia y dar bendiciones
14. Jesús, Señor misericordioso, que
    por amor y compasión nos revelaste los Misterios Divinos.
15. Jesús, Señor misericordioso, que
    has sido guía de la Santa Iglesia
16. Jesús, Señor misericordioso, que
    has obsequiado a los mortales la bendición de la Santísima Eucaristía y el
    Sacerdocio.
17. Jesús, Señor misericordioso, que nos
    llamas a servir fielmente en el ejército de la luz y el amor
18. Jesús, Señor misericordioso , que
    derrama sobre el mundo su sangre poderosa
19. Jesús, Señor misericordioso, que con
    tu misericordia iluminas el alma de los devotos a tu gloria
20. Jesús, Señor misericordioso, que
    por nosotros has muerto y por nosotros has vuelto a la vida
21. Jesús, Señor misericordioso, que desde
    tu corazón brota compasión por los pecadores
22. Jesús, Señor misericordioso, que
    curas a enfermos y no conoces de males que no puedan ser sanados
23. Jesús, Señor misericordioso, que vences
    al maligno por la gloria de Dios
24. Jesús, Señor misericordioso, que concedes
    favores y milagros a quienes lo requieren con desespero
25. Jesús, Señor misericordioso, que das
    consuelo a las almas en pena y corazones lastimados
26. Jesús, Señor misericordioso, que nos
    cubres con tu manto protector
27. Jesús, Señor misericordioso, que convertiste
    el agua en vino y multiplicaste los panes y peces

Importancia de la Letanía de Divina Misericordia

Es fundamental, como seguidores de la fe cristiana, mantener una comunicación constante con Dios Padre. Esto implica presentar nuestras solicitudes periódicamente a través de una serie de oraciones del Rosario de la Misericordia. Dado que Dios es un Padre amoroso, siempre estará atento a nuestras súplicas, fortaleciendo así el vínculo entre padre e hijo. Esto no solo resultará en la recepción de nuevas bendiciones y milagros en respuesta a nuestras peticiones, sino que también contribuirá a nuestro crecimiento espiritual como creyentes.

Hence, it is extremely crucial for this litany of mercy to always have its place in every.santo rosarioCuando te pongas en pie frente al Padre o a cualquier otro santo, ten presente que al hacerlo estamos recordando la enorme compasión de nuestro hacedor, quien envió a su amado hijo, Jesús, a sacrificarse por nosotros y a resucitar al tercer día para nuestra redención.